lunes, 16 de mayo de 2011

CÓMO TRATAR UN RESFRIADO

Un persona con catarro normalmente experimentará malestar general, fiebre, dolor de cabeza, congestión nasal, e irritación, sequedad y dolor de garganta. Debe diferenciarse el catarro común de otros estados con síntomas similares como lo son, por ejemplo, la gripe y las alergias. La gripe tiene síntomas mucho más graves y por lo general se produce en forma de epidemia. Las alergias pueden ser un factor subyacente que disminuye las defensas y permite que un virus infecte las vías respiratorias superiores, pero por lo regular las alergias se diferencian del catarro común por el hecho de que en estas no se produce fiebre, suele haber una historia de episodios alérgicos estacionales y no hay evidencias de infección.

Mantener un sistema inmunológico sano es la mejor manera de protegerse de un número excesivo de catarros. Una nutrición incorrecta y los efectos del estrés son factores determinantes que reducen las defensas y permiten la infección vírica. Se ha demostrado que numerosos factores nutricionales previenen este efecto del estrés. En concreto, las vitaminas A y C, el beta- caroteno, el zinc y otros antioxidantes previenen el estrés y el deterioro causado por los radicales libres en el timo, y mejoran las funciones inmunológicas. Casi todos nosotros estamos sometidos a un gran estrés o expuestos a niveles elevados de contaminantes es por ello que debemos añadir a nuestras dietas suplementos de estos importantes nutrientes.

Existen otros factores que deben tenerse en cuenta además de la deficiencia de nutrientes y el estrés. El consumo del alcohol y el tabaco, los fármacos, los niveles altos de glucosa y colesterol en sangre, el consumo excesivo de azúcar, los factores medioambientales (exposición a productos químicos) y las alergias pueden debilitar significativamente nuestro sistema inmune.

En un sistema inmune sano, un catarro no debería durar más de dos o tres días, sin olvidar que los propios mecanismos de defensa del organismo (como la fiebre y el interferón) son los responsables de algunos de los síntomas catarrales, y por lo tanto, una señal de su defensa.

En las etapas más profundas del sueño se liberan potentes compuestos que mejoran el sistema inmune y se potencian muchas de sus funciones. Aunque es indudable el beneficio del descanso no se debe abusar de él.

Beber mucho líquido, o la utilización de un vaporizador, hace que el tracto respiratorio mantenga una humedad que rechaza la infección vírica y mejora la función de los leucocitos.

Debe advertirse que en diversos estudios se ha demostrado que consumir bebidas con altas concentraciones de azúcar (como: glucosa, fructosa, sacarosa, miel o zumo de naranja) pueden reducir en gran medida la capacidad de los leucocitos para matar bacterias. Por ejemplo, antes de consumir zumos de fruta deben estar bien diluidos y debe evitarse el consumo de miel. Así pues son importantes la cantidad (entre un litro y medio y dos litros diarios) y la calidad (baja concentración de azúcar).

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