lunes, 25 de octubre de 2010

TRUCOS PARA EVITAR EL ESTREÑIMIENTO

El estreñimiento no es una enfermedad, es un síntoma de que algo falla en nuestro sistema digestivo. Esto se manifiesta en sensación de pesadez, vientre hinchado y hasta problemas de piel.Para combatir este problema (más habitual las mujeres que en los hombres) es necesario cambiar algunos hábitos cotidianos, que además nos ayudarán a mantenernos en forma:
-Hidratarnos: Beber suficiente líquido es igual de importante que ingerir los alimentos adecuados. Si el cuerpo no está bien hidratado, el intestino grueso absorbe el agua que contienen las heces, lo que dificulta su evacuación. Si te cuesta beber agua, puedes hacerlo durante el verano en sopas frías, y para los días de invierno nada mejor que una deliciosa infusión, esta puede ser de hinojo (ayuda a reducir los gases), manzanilla (elimima la hinchazón y el dolor abdominal), o poleo (mejora la digestión).
-Disfrutar de la comida: Numerosos estudios han demostrado que las personas estresadas comen menos y mucho más rapido en las comidas principales, y pican más productos grasos y comida rápida entre horas. Este tipo de alimentación por su composición grasa y por su escasez de fibra, puede aumentar los problemas de estreñimiento.
-Mejorar las digestiones: Existe una estrecha relación entre una buena digestión y la ausencia de estreñimiento. Por ello es importante comer siempre sentada y masticar lentamente.
-Dile adiós al sedentarismo: Cuando no se hace ejercicio suficiente o el trabajo obliga a estar muchas horas sentada, los músculos del abdomen se relajan y los movimientos peristálticos (los que hacen avanzar los alimentos por el intestino hasta llegar al colon) se hacen menos frecuentes.
El ejercicio regular alivia el estreñimiento y la sensación de hinchazón en el caso de personas adultas. Los ejercicios que fortalecen la zona abdominal (abdominales, pilates y yoga) ayudan especialmente, pero caminar 30 minutos al día también pueden ser suficiente para aliviar este trastorno.
Fuente: Clara

CAVITACION ANTIGRASA: BENEFICIOS Y POSIBLES RIESGOS (I)

Los avances tecnológicos en medicina han permitido usar los ultrasonidos a baja frecuencia para la reducción de la adiposidad localizada, muchas veces conocida más por los populares nombres de cartucheras, michelines o papada.Esto también ha hecho que cada vez sean más populares nombres como el de la cavitación o ultracavitación. Las ondas ultrasónicas a baja frecuencia tienen varios efectos útiles para combatir los acúmulos grasos. Se produce lipólisis de los ácidos grasos de los adipocitos (células cargadas de grasa), debido a un fenómeno conocido como cavitación estable, y un aumento en la permeabilidad celular de los adipocitos. Se obtiene un aumento de la fluidez de los triglicéridos. Además, se produce una ruptura de las fibras a través de una acción mecánica (“jet stream”). Finalmente, parte del contenido de los adipocitos es metabolizado por el hígado y eliminado por vía urinaria, por lo que siempre se recomienda beber agua en abundancia tanto el día del tratamiento como los días posteriores.Estos tratamientos se aplican en zonas corporales pequeñas y localizadas pero, aunque puedan parecer superficiales, no están exentos de riesgos.
Fuente: la verdad.es

CAVITACION ANTIGRASA: BENEFICIOS Y POSIBLES RIESGOS (II)

La cavitación ultrasónica puede considerarse como un tratamiento alternativo a la liposucción quirúrgica, la cual puede resultar más o menos agresiva según se realice con o sin láser, y en zonas más o menos extensas. Los ultrasonidos permiten, de hecho, evitar el quirófano y evitar la anestesia, pues el procedimiento es indoloro y se puede realizar en la consulta médica. Pero no todo son ventajas. No es una técnica que se pueda aplicar alegremente a cualquier persona, sino que conviene siempre realizar un examen médico y una historia clínica completa.
Así existen contraindicaciones para usar aparatos de cavitación para el tratamiento de la grasa localizada. Entre dichas contraindicaciones, absolutas o relativas según el caso individual, se encuentran la insuficiencia renal, la insuficiencia hepática, el llevar un marcapasos u otros dispositivos electrónicos, el embarazo, la lactancia, la hipertrigliceridemia, la hipercolesterolemia, etc.También es importante extremar el cuidado cuando hay órganos vitales cercanos, e incluso evitar ciertas zonas (en función de la potencia de los aparatos usados), pues se pueden producir daños en el tiroides (cuando los tratamientos se realizan en el cuello) o en los ovarios (cuando se trata la zona abdominal). Por tanto, no todo está en el uso de equipos cada vez más potentes y, como es lógico, con mayor riesgo potencial, sino que hay que adaptar la potencia y la profundidad del tratamiento a la localización anatómica de la zona a tratar y a la cantidad y estructura del panículo adiposo de cada persona.
Fuente: laverdad.es
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