Las personas mayores tienen de por sí un sueño más ligero y menos profundo, que se ve interrumpido en varias ocasiones durante la noche, sin que ello suponga la existencia de trastornos del sueño.
Pese a todo, los trastornos del sueño son frecuentes entra las personas de edad avanzada, generalmente a consecuencia de la existencia de determinadas enfermedades:
-Enfermedad de Alzheimer.
-Insuficiencia cardíaca congestiva.
-Depresión.
-Estrés.
-Enfermedades neurológicas (Parkinson, etc.)
-Patologías que cursan con dolor, como la artritis.
Otros factores de riesgo relacionados con los trastornos del sueño pueden ser los medicamentos que se utilizan para el tratamiento de algunas enfermedades, el consumo de alcohol y de bebidas con cafeína, la inactividad o cambios en los ritmos circadianos que controlan los horarios de sueño.
Los trastornos del sueño más frecuentes en las personas mayores son los siguientes:
-Apnea obstructiva del sueño: se caracteriza por pausas en la respiración durante el sueño y deben producirse en más de diez ocasiones por cada hora de sueño para que se considere patológico. Ocurre en aproximadamente el 17% de las personas mayores y en una mujer por cada cuatro hombres. Se considera patológico cuando se producen más de 10 apneas a lo largo de una hora de sueño. Generalmente provoca un mayor número de despertares por la noche, cefaleas y cansancio o somnolencia durante el día. Es un problema que debe ser controlado, ya que aumenta el riesgo de mortalidad por enfermedad cardiaca y cerebrovascular, especialmente en personas con hipertensión y obesidad, o en aquellas que roncan de manera habitual y sonora.
-Síndrome de las piernas inquietas: el principal síntoma es el de movimientos periódicos e involuntarios de las piernas que suelen aparecer justo antes de dormir, con sensación de incomodidad. También se produce en aproximadamente un 17% de las personas mayores.
-Insomnio: es la dificultad para iniciar o mantener el sueño, o la falta de un sueño reparador. Esta alteración debe darse por lo menos tres veces por semana durante un mes y tiene que ser lo suficientemente grave como para producir cansancio diurno e irritabilidad. Puede ser transitorio, cuando dura unos días y la causa suele ser una situación de estrés emocional; de corta duración, cuando dura hasta tres semanas, y es frecuente en situaciones de duelo, problemas económicos, etc.; y crónico, si perdura durante meses o años y está causado por otras enfermedades o problemas psiquiátricos, como es el caso de una depresión.
-Trastorno conductual del sueño MOR (TCSM): es más frecuente de lo que inicialmente cabía pensar (9% de las personas mayores), más en los hombres que en las mujeres, especialmente a partir de edades superiores a los 80 años y en personas con demencia o deterioro cognitivo.
-Sonambulismo: solamente lo padece el 0,2% de este segmento de población.
El alivio del dolor crónico y el control de afecciones médicas, como la micción frecuente, así como el tratamiento de la depresión pueden mejorar los trastornos del sueño en las personas mayores. Conviene evitar el uso de somníferos a no ser que sean prescritos por el médico y éste realice un seguimiento del paciente.
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