Entre los médicos ha surgido una nueva preocupación: Cada vez son más los casos que acuden a urgencias.
Varios son los síntomas que definen el cuadro:
- Dolor en los dedos (en especial, en ambos pulgares; aunque puede producirse cierto dolor en los otros dedos de ambas manos). El cuadro, si no fuera por el resto de síntomas que a continuación relatamos, podría pasar como una Tendinitis de De Quervain. Son los otros síntomas, los que a continuación veremos, los que permiten diferenciar esta entidad y una verdadera Whasappitis.
- Cierta molestia, disconfort, que puede llegar a la contractura muscular, en la zona de las cervicales. Pueden afectarse otras regiones de la columna (tanto dorsal, como lumbar). Pero lo de las cervicales es casi una constante.
- Y una relativa abstracción del medio, una despreocupación por el ambiente en el que te encuentras, así como por las personas que te rodean; sean conocidas o no.
El tratamiento no es sencillo. Al parecer, no podemos limitarnos a la utilización de los antiinflamatorios, como hacemos en la Tendinitis de De Quervain a la que hacíamos referencia antes. Ni siquiera son eficaces las férulas ortopédicas, que más de una tendinitis nos ha resuelto. E incluso las infiltraciones de los tendones, que en el caso referido son mano de santo, aquí sólo mejoran los síntomas durante algunas semanas.
Aquí hay algo emocional, algo adictivo. Algo que requiere deshabituación, en muchos casos. Porque estamos hablando de una adicción. Como en su momento sucediera con Internet (¿eres un adicto a Internet?).
Pudiera parecer extraño que un médico diga esto; pero para la Whasappitis, no hemos de ir a buscar un remedio a la farmacia. Mejor hacerlo en el cine, en un centro deportivo... O en determinados bares. Todavía tengo en mente aquel establecimiento de restauración que animaba a interaccionar con las personas sin los móviles de por medio. Algo que, al parecer, recibía el extraño nombre de "charlar". ¿Se imaginan?
aquejando ciertas molestias, todas ellas, al parecer, producto de la sobreutilización de esa aplicación denominada Whatsapp... Y estamos en verdad preocupados, como ya lo estuvimos ante aquella pseudoplaga gripal que nos atemorizó en 2009, y luego quedó en nada.
- Dolor en los dedos (en especial, en ambos pulgares; aunque puede producirse cierto dolor en los otros dedos de ambas manos). El cuadro, si no fuera por el resto de síntomas que a continuación relatamos, podría pasar como una Tendinitis de De Quervain. Son los otros síntomas, los que a continuación veremos, los que permiten diferenciar esta entidad y una verdadera Whasappitis.
- Cierta molestia, disconfort, que puede llegar a la contractura muscular, en la zona de las cervicales. Pueden afectarse otras regiones de la columna (tanto dorsal, como lumbar). Pero lo de las cervicales es casi una constante.
- Y una relativa abstracción del medio, una despreocupación por el ambiente en el que te encuentras, así como por las personas que te rodean; sean conocidas o no.
El tratamiento no es sencillo. Al parecer, no podemos limitarnos a la utilización de los antiinflamatorios, como hacemos en la Tendinitis de De Quervain a la que hacíamos referencia antes. Ni siquiera son eficaces las férulas ortopédicas, que más de una tendinitis nos ha resuelto. E incluso las infiltraciones de los tendones, que en el caso referido son mano de santo, aquí sólo mejoran los síntomas durante algunas semanas.
Aquí hay algo emocional, algo adictivo. Algo que requiere deshabituación, en muchos casos. Porque estamos hablando de una adicción. Como en su momento sucediera con Internet (¿eres un adicto a Internet?).
Pudiera parecer extraño que un médico diga esto; pero para la Whasappitis, no hemos de ir a buscar un remedio a la farmacia. Mejor hacerlo en el cine, en un centro deportivo... O en determinados bares. Todavía tengo en mente aquel establecimiento de restauración que animaba a interaccionar con las personas sin los móviles de por medio. Algo que, al parecer, recibía el extraño nombre de "charlar". ¿Se imaginan?