La picadura de una medusa es un problema relativamente común para nadadores, buceadores o simples bañistas en las aguas marinas. Y es que los largos tentáculos de estos animales marinos pueden inyectar veneno con sus miles de aguijones con púas microscópicas sin que casi nos demos cuenta. Algunas picaduras pueden generar irritaciones mientras que otras pueden ser mortales en apenas unos minutos Las picaduras de medusas varían en severidad: podemos encontrarnos algunas picaduras con dolor inmediato y rojeces en la zona; pero otras veces pueden causar afecciones por distintas partes del cuerpo y, por último, existen algunas picaduras que son potencialmente mortales.
La crema de protección solar -aunque no evita las picaduras- sí que crea una pequeña película de protección ante una posible picadura. De cualquier forma, si finalmente nos pica una medusa, lo primero que sentiremos es dolor y picor en la zona.
Lo primero que hay que hacer es lavar bien la zona con agua salada antes que con agua dulce para evitar que se extienda. De ningún modo aplicaremos orina u otro método popular para las picaduras de medusa. La molestia será temporal y podremos aliviarla con cubitos de hielo o compresas frías durante no más de cinco minutos; todo ello servirá para reducir tanto el dolor como el picor. No es recomendable cubrir la zona afectada con arena ni frotarla, pues esto solo conseguirá que el veneno se extienda aún más.