lunes, 29 de noviembre de 2010

CÓMO TRATAR EL ASMA

-Tratamiento médico del asma:
El tratamiento de acción inmediata: tiene la tarea de relajar las vías respiratorios cuando se tensan en un momento de ataque. Solo quita los síntomas por escasas horas. Un ejemplo de esto son los inhaladores más comunes, los broncodilatadores beta2 agonistas.
El tratamiento largo plazo: tiene el objetivo de ayudar a prevenir los ataques de asma que pueden ocasionarse en cualquier momento. Lo que recurrentemente se utiliza son los corticosteroides inhalados.
Por la parte médica existe 2 tipos de tratamientos para controlar el asma y por lo general la mayoría de pacientes utiliza los inhaladores, aunque muchas personas ignoran cómo empezar a utilizarlos. A continuación, se explica en este vídeo de instrucción la manera correcta de aplicárselo.


-Tratamiento casero del asma:
Son muchas las recetas contra el asma en diversos hogares para combatir el asma, una de ellas es la mezcla de ajos, miel y cebollas, utilizadas por sus virtudes naturales. Se cortan en rodajas tanto los ajos como las cebollas y se deja macerar con la miel durante 12 horas para que se pueda consumir varias veces al día.
El café alivia los síntomas del asma:
Según un estudio de 20.000 personas por un investigador de la prestigiosa universidad de Harvard, se llegó a la conclusión de que los bebedores más asiduos de café tienen cerca de 1/3 menos de síntomas del asma en comparación de las personas que no beben café.
Hay que aclarar que este tratamiento del café puede ayudar a una persona que padece los síntomas iniciales del asma y se encuentre sin un inhalador a la mano. Este tratamiento de emergencia se ha probado con eficacia, ya que existen semejanzas entre la cafeína y una medicación del asma conocida como teofilina.

CONSEJOS PARA PROTEGER EL HÍGADO

El hígado es uno de los órganos más importantes del cuerpo humano. Este se encarga de sintetizar todas las proteínas de los alimentos que consumimos cada día, desde carnes hasta alcohol.
Sin embargo es uno de los más olvidados pues no se le brindan los cuidados adecuados. A menudo ignoramos que esta glándula, la más grande del ser humano, es fundamental para cualquier proceso metabólico.
Una de las principales es la producción de bilis, secreción que se encarga de degradar las grasas para facilitar su digestión por el intestino. A su vez, el hígado tiene una función desintoxicante de la sangre, ayudando a eliminar residuos de medicinas y alcohol.
De otro lado, funge de almacén de glucógeno (principal fuente de energía del organismo), facilita la absorción de vitaminas liposolubles como la A, D, E y K, etc. También metaboliza el colesterol y la bilirrubina, secreción amarillenta que sirve como indicador de enfermedades hepáticas.
Otra de las funciones es que combate parásitos, virus, bacterias y todo tipo de moléculas perjudiciales, procedentes del intestino delgado.
Tener un hígado sano implica que este pueda ejercer cada una de sus funciones sin mayor problema, de lo contrario se puede incrementar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, fatiga crónica, dolores de cabeza, problemas digestivos, alergias, entre otros problemas.
Aunque el hígado sea uno de los pocos órganos que puede regenerarse y mantenerse en funcionamiento pese a estar enfermo, no debemos descuidarlo. Si fallara no podríamos sintetizar todo lo que comemos, bebemos, respiramos o absorbemos a través de la piel. Por ello es importante tener en cuenta ciertos cuidados especiales:
-Llevar una alimentación balanceada, rica en frutas y verduras.
-Bajar al mínimo el consumo de grasas y azúcares refinados.
-Reducir al mínimo alcohol y tabaco.
-No abusar del consumo de proteínas.
-No automedicarse, porque podrían dañar su funcionamiento.
-Evitar la exposición a vapores tóxicos como de gasolina, solventes, etc.
-Beber abundante agua y líquidos.
-Hacer ejercicios de manera constante.
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