La cavitación estética es la moda en todos los centros de belleza. Se trata de un sistema revolucionario que comenzó hace cinco años a convertirse en una alternativa eficaz a la liposucción, eso sí, si se aplica correctamente y te lo tomas en serio.
De primeras decirte que sí, que efectivamente funciona, pero ¡ojo!, hay que saber mantenerlo. No te va a servir de nada si tú no pones de tu parte.
Para empezar te contamos en qué consiste este método quitagrasas. Las máquinas de ultracavitación funcionan mediante ultrasonidos. Después de largos años de investigación se ha demostrado que los ultrasonidos en un medio líquido provocan la creación de microburbujas por la oscilación rápida de cambios de presión. Esas burbujitas dentro de nuestro cuerpo presionan y presionan las bolas de adipocitos -donde se esconden las grasas-, hasta conseguir romper la membrana celular: de esta forma se libera la grasa que contienen la bolitas de adipocitos.
Éste es el efecto cavitador, quédate con ello: los ultrasonidos simplemente rompen esas bolitas como cuando pinchas un globo lleno de agua. El siguiente paso es expulsar esa grasa que gracias a la cavitación se ha quedado liquida fuera de tu cuerpo: ahí entra en juego la profesionalidad de los expertos que te hacen la terapia y tu fuerza de voluntad.
Una vez hemos terminado la cavitación lo primero que vamos a notar es que la zona tratada está mucho más blandita porque, recuerda, ahora la grasa se ha vuelto líquida, está buscando la forma de salir de tu cuerpo. A partir de ahora gran parte de esa grasa va a ser metabolizada de forma natural y la vas a evacuar a través de la orina, es por eso que debes de beber mucha agua, como mínimo dos litros al día.
Pero otra parte tendrás que ayudarla a salir. Después de la terapia de la cavitación se puede realizar algún tipo de drenaje linfático: por masaje, por el sistema de presoterapia.
Una vez que sales de nuestro centro de estética tendrás que hacer un esfuerzo por hacer ejercicio y deshacerte de esa grasa que ahora se ha quedado líquida en tu cuerpo, utilizar algún tipo de crema reductora y por supuesto, mantener una dieta saludable.
Porque sí, la cavitación es una alternativa a la liposucción, ¡pero no es una liposucción!
De primeras decirte que sí, que efectivamente funciona, pero ¡ojo!, hay que saber mantenerlo. No te va a servir de nada si tú no pones de tu parte.
Para empezar te contamos en qué consiste este método quitagrasas. Las máquinas de ultracavitación funcionan mediante ultrasonidos. Después de largos años de investigación se ha demostrado que los ultrasonidos en un medio líquido provocan la creación de microburbujas por la oscilación rápida de cambios de presión. Esas burbujitas dentro de nuestro cuerpo presionan y presionan las bolas de adipocitos -donde se esconden las grasas-, hasta conseguir romper la membrana celular: de esta forma se libera la grasa que contienen la bolitas de adipocitos.
Éste es el efecto cavitador, quédate con ello: los ultrasonidos simplemente rompen esas bolitas como cuando pinchas un globo lleno de agua. El siguiente paso es expulsar esa grasa que gracias a la cavitación se ha quedado liquida fuera de tu cuerpo: ahí entra en juego la profesionalidad de los expertos que te hacen la terapia y tu fuerza de voluntad.
Una vez hemos terminado la cavitación lo primero que vamos a notar es que la zona tratada está mucho más blandita porque, recuerda, ahora la grasa se ha vuelto líquida, está buscando la forma de salir de tu cuerpo. A partir de ahora gran parte de esa grasa va a ser metabolizada de forma natural y la vas a evacuar a través de la orina, es por eso que debes de beber mucha agua, como mínimo dos litros al día.
Pero otra parte tendrás que ayudarla a salir. Después de la terapia de la cavitación se puede realizar algún tipo de drenaje linfático: por masaje, por el sistema de presoterapia.
Una vez que sales de nuestro centro de estética tendrás que hacer un esfuerzo por hacer ejercicio y deshacerte de esa grasa que ahora se ha quedado líquida en tu cuerpo, utilizar algún tipo de crema reductora y por supuesto, mantener una dieta saludable.
Porque sí, la cavitación es una alternativa a la liposucción, ¡pero no es una liposucción!