viernes, 20 de agosto de 2010

PERDER LOS KILOS DE MÁS TRAS EL PARTO

Son muchas las madres que se preocupan por adelgazar después del parto y recuperar el peso habitual anterior al embarazo.
Durante los meses de embarazo es normal ganar entre 9 y 16 kilos de peso de media; algunas mujeres ganan incluso más peso. Al final, todas las madres acaban haciéndose la misma pregunta: ¿cómo adelgazar después del embarazo?
La mayoría de las mujeres pierden entre cuatro y cinco kilos durante las dos primeras semanas después del parto. A medida que el útero se va contrayendo a su tamaño normal se irá recuperando la silueta anterior.
La velocidad con la que se pierden estos kilos ganados depende de diversos factores, sobre todo factores genéticos, pero también de la dieta y el ejercicio físico.
Sigue estos consejos que te ayudarán a recuperar el peso anterior al embarazo:
La lactancia es un proceso que ayuda a perder los kilos ganados durante el embarazo; está comprobado que las madres que dan el pecho a sus bebés queman alrededor de 500 calorías diarias durante el proceso de producción de la leche (¡esto equivale a caminar ocho kilómetros diarios!).
Dormir poco en los meses posteriores al parto puede ser uno de los factores que propician la retención de los kilos de más ganados durante el embarazo. Si bien es difícil conciliar el sueño con un bebé en casa, una siesta a media tarde cuando el bebé está dormido podría ser la solución.
Realizar ejercicio físico suave es una buena forma de recuperar la silueta anterior. Se recomienda esperar seis semanas antes de iniciar cualquier ejercicio (algo más en el caso de partos por cesárea) y no realizar ejercicios durante más de diez minutos. Más adelante, se puede ir incrementando la actividad física poco a poco hasta llegar a los treinta minutos diarios. Hay que tener en cuenta que es normal que transcurran hasta nueve meses para reafirmar los abdominales que se han distendido y endurecer sus músculos.

CÓMO INTENTAR EVITAR LA GRIPE COMÚN

La gripe es una enfermedad contagiosa provocada por un virus. Suele aparecer durante los meses más fríos en forma de epidemia ya que su contagio es muy habitual.
La dieta no parece evitar el contagio de la gipe, pero sí que ayuda a luchar contra el virus y a curarse antes. Se recomienda lo siguiente:
•Tomar alimentos ricos en vitamina C. La vitamina C alivia los síntomas de la gripe y nos ayuda a recuperarnos antes. Son ricos en vitamina C: las naranjas, los limones, los pomelos, los pimientos, las coles y el brócoli. También pueden tomarse complementos de vitamina C en forma de pastillas o caramelos.
•Tomar alimentos ricos en zinc. Se ha demostrado que el zinc reduce los efectos de la gripe. Sin ricos en zinc el apio, los espárragos, los higos, las, patatas y las berenjenas.
•Beber abundantemente. Tomar mucha agua, sopas y otros líquidos para hidratar las mucosas y favorecer la eliminación de los mocos y las toxinas de nuestro cuerpo a través del sudor.
•Tomar leche caliente con miel. La leche y la miel aportan nutrientes para aumentar las defensas del organismo, hidratar y ablandar las mucosidades.
Las epidemias importantes de gripe humana, que son poco frecuentes, tienen repercusiones más graves que los de los brotes estacionales comunes y también reciben el nombre de pandemias. Las pandemias se producen cuando aparecen nuevos virus de la gripe que se extienden por todo el mundo con la misma facilidad que los de la gripe común.

EMPEZAR A CUIDARSE A LOS 30

Los 30 son una muy buena edad tanto para el hombre como para la mujer, pero ha llegado el momento de empezar a cuidarse ya que el estilo de vida afectará a nuestra salud a largo plazo.
Es a partir de los 30 años cuando la palabra salud aparece en nuestro horizonte. A esta edad muchas personas han creado su propia familia e incluso han decidio tener hijos. Los estudios prueban que las personas sin hijos son más propensas a abusar del alcohol y a fumar. Si es fumador, recuerde que nunca es tarde para decidirse a dejar de fumar. Diversos estudios prueban que dejar de fumar a esta edad no supone un gran recorte en las expectativas de vida respecto a una persona no fumadora.
La clave de nuestra salud futura está en nuestra alimentación. Una dieta sana, equilibrada, rica en frutas y verduras, garantiza a nuestro cuerpo los nutrientes necesarios y lo aleja del problema de la obesidad, ligado a las enfermedades del corazón y uno de los factores de riesgo de la diabetes. Además, una dieta sana también ayuda a prevenir diversos tipos de cáncer.
El cuidado de la piel se convierte en una de las mayores preocupaciones para muchas personas ya que la piel es la muestra más evidente del paso del tiempo.
La caída del cabello se convierte en otro frente de batalla para muchos hombres y mujeres que desean ocultar el paso del tiempo. En ambos casos, existen componentes genéticos contra los que poco podemos hacer. Pero una alimentación sana y la práctica de alguna actividad física de manera habitual son dos maneras sencillas de evitar el proceso de envejecimiento.
Y recuerde caminar treinta minutos al día: caminar es salud, nos mantiene en forma y previene el sobrepeso la obesidad, las enfermedades coronarias, la oestoporósis e incluso la depresión.

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