El accidente cerebrovascular o ictus ocurre cuando el suministro de sangre a una región del cerebro desaparece, se corta, y las neuronas pueden acabar dañadas o incluso muertas. Según la Sociedad Europea de Cardiología el grupo de población con mayor riesgo es el de las mujeres, ya que el 60% de las muertes por ictus se producen entre mujeres.
Este mayor porcentaje de muertes a causa de derrame cerebral es debido a que las féminas cuentan con más factores de riesgo que los hombres. “Las mujeres que tienen fibrilación auricular (latidos cardíacos irregulares) son más propensas que los hombres a tener presión arterial alta, diabetes, depresión y obesidad, y todos ellos aumentan el riesgo de accidente cerebrovascular. El riesgo también se incrementa con las píldoras anticonceptivas, la terapia de reemplazo hormonal, cambios hormonales en la menopausia, diabetes asociada al embarazo y la preeclampsia”, explica A. John Camm de la Universidad de St. George de Londres (Reino Unido).
Ante todo llevar un estilo de vida saludable es primordial para su prevención, lo que implica: hacer ejercicio moderado varias veces a la semana, no fumar y consumir alcohol de forma equilibrada, mantener un peso saludable, llevar una dieta proporcionada y saludable y reducir en la medida de lo posible el estrés.
Estos simples cambios mejoran nuestra salud cardiovascular y reducen el riesgo de enfermedades del corazón y de accidente cerebrovascular o ictus. Teniendo en cuenta lo devastador que puede ser el ataque cerebral (ya sea una trombosis cerebral, una embolia cerebral, un ictus hemodinámico, una hemorragia intracerebral o una hemorragia subaracnoidea), adoptar un estilo de vida saludable y realizar revisiones periódicas con nuestro médico son factores de prevención fáciles de conseguir y con los que tenemos mucho que ganar.