lunes, 28 de julio de 2014

CÓMO AFECTA EL SOL A NUESTRO ORGANISMO

No se debe demonizar al sol. Sus efectos beneficiosos sobre el organismo son muchos. Mientras que para evitar los nocivos es suficiente con no estar demasiado tiempo expuestos a la radiación ultravioleta que procede de él y protegerse debidamente la piel y los ojos, además de hidratarse.
-Previene la osteoporosis: una mínima exposición de la piel al sol, de apenas diez minutos diarios, permite que el organismo produzca la vitamina D, indispensable para absorber el calcio procedente de los alimentos y mejorar la mineralización del hueso, previniendo la osteoporosis.
-Cáncer: el melanoma tiene en el sol, mejor dicho en una exposición al sol excesiva, continuada y sin protección, uno de sus principales factores de riesgo. Sin embargo, investigaciones recientes parecen determinar que la vitamina D que produce el propio organismo gracias a una corta exposición diaria a la luz solar puede proteger frente a determinados tipos de cáncer (ovario, vejiga, útero, estómago, linfomas o próstata).
-La piel: ya se ha mencionado el riesgo que el sol supone frente al cáncer de piel, más conocido como melanoma. Sin embargo, la luz solar mejora de forma significativa al acné, a la psoriasis o al vitíligo; pero siempre en su justa dosis. El exceso, a la larga, la exposición al sol ocasiona el envejecimiento de la piel, ocasionando su endurecimiento (hiperqueratosis) y la aparición de arrugas. Si además se toma el sol sin protección  pueden producirse quemaduras graves de la piel.
-Sangre y sistema circulatorio: con la luz del sol, mejora la calidad de la sangre, aumentando el número de glóbulos rojos y, por tanto, su capacidad para el transporte del oxígeno a todas las células del organismo. También se incrementa la cantidad de glóbulos blancos, y consecuentemente se refuerzan las defensas del organismo frente a las infecciones. Por otra parte, también se dilatan los vasos sanguíneos, lo que favorece la circulación de la sangre y hace que el corazón trabaje con un menor esfuerzo.
-Tensión arterial: el sol también reduce la tensión arterial. La vitamina D que genera el propio organismo por esta causa induce una reducción de la hormona paratiroidea, encargada de liberar el calcio de los huesos y de regular la presión sanguínea.
-Calidad del sueño: el hecho de que en verano hay mayor tiempo de luz diurna afecta a la producción de la melatonina, una hormona entre cuyas funciones está la de regular los ritmos circadianos del organismo e inducir el sueño al caer la noche.
-Estado mental: el hecho de que la exposición al sol reduzca la tensión arterial y el ritmo de la respiración que se traslada al sistema neurovegetativo produciendo una sensación de bienestar y calmando los estados de tensión y excitabilidad. La radiación infrarroja, por otra parte tiene un efecto sedante (amodorramiento que se produce después de tomar el sol). Otro de los efectos del sol es el de aumentar la producción de la serotonina, un neurotransmisor que interviene en la regulación del sueño, la temperatura corporal y la conducta sexual. Cuando sus niveles en el organismo son bajos induce un efecto depresivo, de modo que en verano su incremento origina una mayor activación de las emociones, el estado de ánimo e incluso la libido.
-Metabolismo: los baños solares tienen un efecto positivo sobre las glándulas tiroideas y la hipófisis, ayudando a una correcta regulación de la secreción hormonal. Asimismo,  regula el metabolismo de la glucosa, de modo que se reduce la concentración de  ésta en la sangre.
-Ojos: la relación de los ojos con el sol no es excesivamente buena y es necesario protegerlos convenientemente con gafas que filtren la radiación ultravioleta. De lo contrario, se aumenta el riesgo de desarrollar catarata y degeneración de la mácula.
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