martes, 31 de mayo de 2016

¿POR QUÉ NOS HUELEN LOS PIES?

Hay personas a las que se las conoce por lo mal que les huelen los pies. Numerosos estudios nos han
indicado que el equilibrio entre las bacterias que habitan en nuestra piel, en combinación con el pH de la misma, aseguran la ausencia de olor.
Una lucha insidiosa entre ellas garantiza que ninguna colonia de bacterias tenga excesivo predominio sobre otra. Así, tenemos, por ejemplo, bacterias que son más típicas de las axilas y las ingles, pero que dentro de unos límites de normalidad no producen ningún olor excesivo siempre que se mantengan las condiciones de higiene mínimas. Pero cuando, por diversas causas, estas condiciones de "armonía" se rompen en favor de unos tipos de bacterias sobre otras, o por inoculación de unas bacterias que no son típicas de esa región cutánea, se produce un desequilibrio.
Durante esa lucha, las bacterias muertas serán las que produzcan precisamente el mal olor. Y en el pie esto sucede con relativa frecuencia. Otra de las causas del mal olor en el pie se origina al mantenerlo en condiciones de oscuridad, poca oxigenación y temperatura cálida dentro de nuestros calcetines y zapatos, factores idóneos para que se produzca una infección.
El estrés, un pH cutáneo muy ácido o el uso de determinados geles con compuestos químicos pueden provocar la muerte bacteriana y con ella, el mal olor. Otra causa de mal olor en los pies es la falta de higiene, motivo que provoca que el número de las bacterias preponderantes aumente sobre otras. 
En último término, los hongos, que son otros microorganismos diferentes a las bacterias, también son capaces de provocar el mal olor.

viernes, 27 de mayo de 2016

¿EXISTE EL ESTRÉS CRÓNICO?

Aunque el estrés es una respuesta natural del organismo a situaciones puntuales que suponen una novedad, un desafío o incluso un trauma, cuando esta respuesta se mantiene de forma prolongada en el tiempo se llega a una situación clínica a la que se denomina estrés crónico y puede tener importantes consecuencias para la salud física y mental de quien lo sufre. Ejemplos de este tipo de estrés son el síndrome del trabajador quemado, la depresión de los parados de larga duración, el que se asocia a los problemas económicos familiares, etc.
Las causas del estrés crónico pueden ser numerosas, pero básicamente puede decirse que son aquellas situaciones no resueltas que se mantienen durante semanas, meses e incluso años sin tratar de buscar una solución al problema que lo genera.
Lo peor, es que si no se controla, el estrés se llega alcanzar un nivel de ansiedad patológico que ocasiona importantes trastornos en el organismo:
  
-Aumento de la frecuencia cardiaca.
-Hipertensión arterial.
-Diabetes.
-Obesidad.
-Eczemas.
-Problemas menstruales.
-Alteraciones del sueño.
-Estreñimiento.
-Diarrea.
-Dolores de cabeza.
-Disfunciones sexuales.
-Irritabilidad.
-Cambios de humor.
-Fatiga.
-Sensación de debilidad.
-Dificultad para respirar.
-Problemas de memoria.
-Cansancio.
-Ataques de pánico.
-Debilitamiento del sistema inmune y, por tanto, facilidad para contraer infecciones.
   
En definitiva, el estrés crónico produce un desgaste físico y emocional que puede llevar a sufrir enfermedades graves, tales como accidentes cardiovasculares, ictus, depresión e incluso cáncer, como evidencian recientes estudios realizados en Estados Unidos. En el caso de la depresión, la tendencia suicida o la violencia son dos posibilidades que pueden estar presentes si no se trata adecuadamente.
El problema fundamental en relación al estrés crónico es que está infradiagnosticado, ya que es frecuente que quien lo padece se habitúe a él y no acuda al médico pese a los síntomas evidentes. En tales casos, sólo cuando el organismo llega al límite y se produce un ataque de pánico, un infarto cualquier otro aviso de esta índole se llega a identificar el estrés crónico como agente causal.
El tratamiento del estrés crónico conlleva la necesidad de un cambio radical del estilo de vida. A veces, es posible resolver una situación de este tipo resolviendo el problema que lo genera: cambiando de trabajo, divorciándose, etc. Pero no siempre es posible, como sucede con los parados de larga duración, las familias sin recursos económicos o similares.
En algunos casos, el realizar cambios en los hábitos de vida, como cuidar la alimentación, practicar ejercicio físico regularmente, dedicar tiempo al ocio y a salir con los amigos, buscar modos y momentos para la relajación o prácticas similares puede ser muy efectivo para superar el estrés crónico. Pero muchas otras el desgaste emocional y los síntomas iniciales de una depresión deben llevar a pensar en la conveniencia de buscar apoyo psicológico y someterse a terapia.

martes, 24 de mayo de 2016

CORRER AYUDA A REGULAR EL COLESTEROL

Uno de los grandes beneficios del hecho de correr o de andar deprisa que han demostrado diferentes estudios es el de que reduce las concentraciones de colesterol LDL (el llamado colesterol malo) en la sangre. Uno de ellos, realizado por la Universidad de Duke, del Reino Unido, señala que cuando se trata de personas que hacen poco ejercicio este descenso es independiente de la intensidad con que se realice.
En otras palabras, es lo mismo recorrer la misma distancia en media hora que en una, aunque si se ocupa el mismo tiempo en correr sin tener en cuenta la longitud del trayecto, cuando se hace más deprisa el beneficio es mayor. Además, la bajada de colesterol se produce incluso si no se pierde peso.
La razón de este beneficio se debe fundamentalmente a una cuestión del tamaño de las proteínas que transportan al colesterol por el torrente sanguíneo para nutrir los diferentes tejidos y cuya unión configura lo que se conoce como lipoproteínas. Se ha demostrado que cuanto más pequeñas y densas sean éstas mayor es el riesgo de sufrir las consecuencias de los altos niveles de colesterol en sangre y, al contrario, este riesgo se reduce cuando las proteínas sobre las que éste se desplaza por la sangre son grandes.
El estudio se ha realizado con personas sedentarias y obesas, divididas en tres grupos en función del tipo de ejercicio que realizaban: mucho y de alta intensidad, moderado de alta intensidad y bajo de intensidad moderada o baja. Y lo cierto es que todos ellos, independientemente de la cantidad de ejercicio y la intensidad con que se realiza redujeron sus niveles de colesterol en sangre.
Los resultados del estudio llevaron a los investigadores a una conclusión muy clara: incluso poco es mejor que nada. Pero a partir de aquí, cuanto más y más intenso mejor, aunque los que no suelen practicar ejercicio deben ir de menos a más de forma progresiva y en la medida en que adquieran una mayor resistencia física.
Tampoco es necesario forzar mucho, especialmente cuando se habla de los más mayores, que han llevado habitualmente una vida sedentaria, el consejo de los especialistas es caminar, preferiblemente un mínimo de 20-30 minutos diarios a paso rápido.
Pero, ¡ojo! No se puede olvidar que la causa de la hipercolesterolemia suele ser una dieta inadecuada, rica en grasas saturadas, por lo que si al ejercicio se suma una alimentación equilibrada las posibilidades de reducir el colesterol y con el el riesgo cardiovascular son aún mayores.

viernes, 20 de mayo de 2016

CÓMO ALIVIAR EL DOLOR DE CABEZA EN VERANO

Para las personas proclives a los diferentes tipos de dolor de cabeza, como las migrañas o las cefaleas el verano puede convertirse en su peor enemigo si no se adoptan una serie de medidas preventivas. El calor, los cambios de horarios de actividad, la exposición prolongada al sol o el consumo de determinados alimentos son algunos de esos factores que pueden causar más dolor de cabeza y de mayor intensidad. He aquí algunos consejos para evitarlo:
          
- Calor: muchos de los dolores de cabeza se producen por un mecanismo de vasodilatación, es decir, que los vasos sanguíneos aumentan de diámetro. Y las temperaturas elevadas tiene precisamente este efecto, además de plantear otros problemas. Resguardarse del calor es, por tanto, una de las medidas preventivas más importantes. Y para ello hay que seguir distintas recomendaciones:
- Mantener la casa fresca: se puede hacer bajando las persianas y dejando la casa en penumbra, especialmente durante las horas de mayor insolación. Mejor utilizar un ventilador que el aire acondicionado para refrescarse. Esto último es especialmente recomendable para dormir durante las noches muy calurosas.
  
- Cambios bruscos de temperatura: hay que evitarlos, aunque en muchas ocasiones puede resultar difícil ante la necesidad de entrar en locales climatizados. El paso del calor intenso al frío del aire condicionado y viceversa puede estimular el dolor de cabeza.
  
- Protegerse del sol: utilizar gorras o sombreros, además de ropa ancha y de colores claros, ya que los oscuros producen una mayor concentración del calor. Al salir a la calle es importante procurar evitarlo a las horas de más calor y siempre ir el mayor tiempo posible por zonas de sombra También hay que protegerse los ojos con gafas de sol, pues de lo contrario puede aumentar la presión intraocular, lo que produce, entre otros síntomas, dolor de cabeza. En la playa hay que tratar de estar lo menos posible al sol y se aconseja utilizar la sombrilla. También es muy eficaz mojarse frecuentemente la frente y el cuello, pues hace bajar la temperatura corporal.
aliviar los dolores de cabeza en verano
Hidratación: una correcta hidratación, bebiendo unos 2,5 litros al día (muchas veces y en pequeñas cantidades), es fundamental. Entre los primeros síntomas de una insolación o deshidratación destaca el dolor de  cabeza.
   
- Descanso: en verano, y especialmente durante las vacaciones, se tiende a cambiar los horarios habituales, trasnochando más de lo habitual y pasando mucho tiempo en la playa o la piscina, o de turismo. Es aconsejable mantener los horarios de todo el año, dormir las horas necesarias y, si es necesario, echar una pequeña siesta (10-15 minutos) sentados en un sillón o en el sofá. El practicar algún tipo de actividad física también ayuda a descansar mejor.
   
- Alimentación: el consumo de alimentos frescos (ensaladas, gazpachos, frutas, etc.) es una buena forma de combatir el calor y evitar la deshidratación. Pero en lo que se refiere al dolor de cabeza, también es importante eliminar de la dieta aquellos alimentos que contienen nitratos (embutidos, salchichas etc.), o tiramina (algunos frutos secos, chocolate o queso), o glutamato monosódico (un aditivo muy habitual en determinados alimentos envasados o precocinados que se identifica con el código E-621). Mojar frecuentemente la frente y el cuello es otra de las pequeñas acciones que podemos llevar a cabo para prevenir el dolor de cabeza por el calor.

martes, 17 de mayo de 2016

LA CAVITACIÓN ESTÉTICA: LA SOLUCIÓN A LA LIPOSUCCIÓN

La cavitación implica el uso de un aparato dotado de un instrumento manual que se apoya en la piel, mirando los panículos adiposos, que disuelve las células adiposas con la ayuda de técnicas concretas de manipulación. Así pues, en un plazo mayor o menor de tiempo, gracias a la cavitación, se pueden obtener resultados sorprendentes como la reducción o la eliminación total de celulitis y adiposidad en puntos específicos. Hoy por hoy, el estudio de la cavitación está todavía en evolución por la investigación constante para lograr resultados reales y, sobre todo, con una seguridad total. Por lo tanto, es importante dirigirse a empresas serias, que dispongan de un personal técnico competente y preparado. 
La cavitación también podría denominarse "liposucción sin liposucción". De hecho, la cavitación, a diferencia de la liposucción, no utiliza cánulas aspirantes, anestesia, ni otros elementos quirúrgicos, porque, a través de una máquina que simplemente toca la piel y emite ultrasonidos, se puede obtener la disolución y la eliminación de la grasa superflua contenida en las células adiposas.

viernes, 13 de mayo de 2016

CÓMO COMBATIR LA ANSIEDAD SEXUAL

El sexo debería ser una actividad placentera para ambos miembros de la pareja, y hasta se ha probado que tiene beneficios para la salud. Sin embargo, a veces, hay preocupaciones que matan la pasión y el deseo.
Si a ti te pasa algo parecido, ¡ánimo! Se trata de un problema que tiene solución. Se le conoce como ansiedad sexual y si bien es más común entre los hombres, a veces también puede ocurrirles a las mujeres.

Existen distintas preocupaciones que pueden provocar ansiedad sexual. Por ejemplo:

-Temor de no ser lo suficientemente “bueno” en la cama.
-Tener una mala imagen de tu cuerpo y/o de tu peso.
-Preocuparse o sentir que el tamaño del pene no es el adecuado.
-Temor a eyacular de manera prematura (eyaculación precoz) o de no poder sostener la erección hasta que la mujer alcance el orgasmo.
-Temor a no poder llegar al orgasmo o de disfrutar la experiencia sexual.
-Todas estas preocupaciones impiden que el sexo sea algo placentero. Además, pueden activarse algunas hormonas del estrés que hacen que tu cuerpo reaccione como si estuviera frente a una amenaza, cuando en verdad no lo estás.

En los hombres, por ejemplo, uno de los efectos de las hormonas del estrés es estrechar los vasos sanguíneos. De ese modo, llega menos sangre al pene y hace que la erección sea más difícil de lograr o de sostener. En el caso de las mujeres, en cambio, es posible que el estrés no les permita lubricarse lo suficiente como para tener sexo o que pierdan el deseo de tener relaciones.
¿Te preocupa el tema de la ansiedad sexual? No te desesperes pues tiene solución y no es tan difícil lograrlo. Antes que nada, consulta con un médico para que descartes que lo que te ocurre no es algo físico ni provocado por algún medicamento que estés tomando.
Si físicamente todo está bien, entonces un profesional calificado  podría sugerirte distintas alternativas. Entre ellas:

-Sé abierto con tu pareja y anímate a hablar de las preocupaciones que no te dejan actuar libremente durante el sexo. Así, tu pareja podrá entenderte mejor y hasta pueden buscar soluciones en conjunto que, al fin y al cabo, los unirá más aún.
-Trata de ampliar la intimidad, hay muchas formas de hacerlo sin tener sexo. Por ejemplo, pueden darse masajes o tomar un baño cálido, hacerse caricias y buscar nuevas formas de sentir y provocar sensaciones, sin tener que llegar al acto sexual que tanto te estresa.
-Haz ejercicio. No sólo te permitirá mantenerte en forma y sentirte mejor con tu cuerpo sino también tener más energía y fortaleza para el sexo.
-Distráete y busca estímulos externos que te ayuden a quitarle atención al acto sexual. Por ejemplo, puedes poner música o pensar en cosas o situaciones que te estimulen.
-Pide ayuda psicológica. Si nada de esto funciona, consulta a un profesional especializado en problemas sexuales que pueda ayudarte a conocer tus temores y a entender qué cosas te preocupan o te causan ansiedad, así como también a sentirte más cómodo con tu sexualidad.

Recuerda que, cuando se trata del sexo, no hay una forma de hacerlo bien o mal. Por el contrario, lo importante es disfrutar juntos y dejarse llevar por las emociones, todo vale en la pareja mientras ambos estén cómodos. Por eso, deja de culparte o presionarte sobre cómo lo haces o cómo te ves o cómo sientes que luce tu cuerpo. El sexo no tiene que ver con nada de eso y tú tienes todas las condiciones para disfrutarlo. No te dejes vencer por la ansiedad sexual, pues es una situación que puede resolverse y no tiene por qué seguirte afectando.

martes, 10 de mayo de 2016

CONSEJOS PARA EVITAR LA ACIDEZ

¿Qué puedes hacer? Si la acidez no es muy frecuente, es decir, te ocurre máximo dos veces a la semana, puedes evitarla con tácticas caseras y cambiando algunos hábitos:

1. Come menos y despacio. Cuando comes más de lo que tu estómago puede tolerar o tan rápido que no le permites funcionar normalmente, el estómago puede reaccionar con acidez. Trata de comer más despacio e intenta comer porciones más pequeñas.

2. Evita ciertas bebidas. El alcohol, el café y el chocolate relajan la válvula entre el esófago y el estómago facilitando el paso de los ácidos estomacales.  Si quieres evitar la acidez, ya sabes el secreto, evita estas bebidas lo más que puedas.

3. Evita ciertos alimentos. Algunos alimentos tienden a provocar acidez más fácilmente, como las frutas ácidas, el picante, la cebolla y el tomate. Descubre los alimentos que no te caen muy bien, anotando en un diario lo que comes y las reacciones que tienes, para saber cuáles debes evitar.

4. Deja de fumar. El efecto del cigarrillo en tu acidez es inevitable. La nicotina debilita el esfínter bajo del esófago (la válvula) permitiendo que los ácidos del estómago entren más fácilmente.

5. Cena temprano. No te duermas inmediatamente después de cenar, pues tu cuerpo no va a poder hacer la digestión como debe, los niveles de acidez aumentarán y el estómago estará lleno. Cena más temprano y espera al menos 2 o 3 horas antes de irte a la cama.

6. Eleva la cabecera de la cama. Si la acidez te afecta especialmente cuando duermes, puedes ayudarte levantando la cabecera de tu cama con algunos ladrillos o bloques, haciendo que tu cabeza y tu pecho estén más arriba que el resto de tu cuerpo. No intentes levantar tu cabeza con más almohadas pues la posición aumenta la presión en tu estómago y empeora la acidez.

7. Pierde peso. Las libras de más empujan a tu estómago hacia arriba haciendo que los ácidos suban por tu esófago más fácilmente. Haz una dieta para cambiar tus hábitos alimenticios y perder peso, eso te ayudará a reducir la acidez.

8. Evita la ropa ajustada en el área de la cintura. ¿Para qué ponerte ropa que te hace presión sobre el estómago? Esa presión puede aumentar tu sensación de indigestión y provocarte acidez. Si quieres seguir poniéndote tus pantalones favoritos, lo mejor es que rebajes algunas libras. Es más saludable.

9. Relájate. A veces la ansiedad y el estrés pueden empeorar tu acidez. Busca algunas técnicas para relajarte como yoga, meditación o masajes. El ejercicio aeróbico de baja intensidad también te puede ayudar.

Si la acidez continúa, prueba un medicamento de venta libre o habla con tu médico. 

martes, 3 de mayo de 2016

¿SE PUEDE CONTAGIAR LA CARIES?

Sí, es algo que ocurre todo el tiempo. Aunque suene raro, las caries pueden contagiarse al probar la comida del bebé o al recibir un beso apasionado, entre otras cosas. Aquí te contamos cómo y porqué se contagian las caries y qué puedes hacer para prevenir contraerlas y transmitirlas.
Tal vez recuerdes la advertencia que los adultos solían decirte cada vez que comías un caramelo o golosina: “si comes tantos dulces, te van a salir caries”. Ahora,  descubrimientos recientes han demostrado que las caries pueden contagiarse como un resfriado o cualquier otra enfermedad provocada por un virus o una bacteria y que, de hecho, esto ocurre todo el tiempo.
La caries dental es, básicamente, un orificio que se forma en el diente y que muchas veces no se detecta hasta que es muy grande, ya que en general no provoca dolor hasta que llega a las terminaciones nerviosas en el interior de los dientes.
Las caries se producen porque en la boca hay bacterias que convierten todos los alimentos en ácidos. Esas bacterias, el ácido, los residuos de la comida y la saliva se combinan en la boca para formar una sustancia pegajosa llamada placa, que se adhiere a los dientes y que si no se elimina permite que los ácidos ataquen y rompan el esmalte de los dientes (que es la parte superficial).
Si bien es cierto que los carbohidratos (los azúcares y los almidones) aumentan el riesgo de que se formen caries dentales, nuevos descubrimientos encontraron que las bacterias que causan las caries también se pueden contagiar, como la amigdalitis (que comúnmente llamamos inflamación de las anginas o amígdalas) o cualquier otra enfermedad provocada por virus o bacterias, y que al parecer es algo que ocurre con más frecuencia de lo que nos imaginamos.
Entre los ejemplos que brindan los especialistas no sólo figuran los besos apasionados, a través de los cuales el contagio puede producirse entre los adultos, sino también el simple hecho de que la mamá (o la persona a cargo) pruebe la comida del niño para corroborar que no esté demasiado caliente. Es que los niños son más vulnerables al contagio, según expresan los investigadores.
Lo bueno de esto es que, en uno u otro caso, siempre hay cosas que puedes hacer para prevenir el contagio y la formación de caries. Algunas de ellas son:

-Cepíllate los dientes utilizando pasta que contenga flúor, como mínimo dos veces al día (la hora de acostarse es un momento importante para cepillarse los dientes).
-Cepíllate los dientes de arriba hacia abajo y describiendo movimientos circulares, cubriendo todas las superficies.
-No te olvides cepillar también las encías con suavidad, para mantenerlas sanas.
-Utiliza hilo o seda dental al menos una vez al día, para eliminar la placa y la comida que queda atrapada entre los dientes.
-Limita el consumo de dulces y de bebidas azucaradas.
-Visita al dentista con regularidad (al menos una vez por año, aunque él o ella te indicarán si es necesario que lo hagas más seguido).

Si tienes en cuenta estas medidas y las practicas a diario, no sólo te ayudarán a prevenir la aparición de caries sino también la pérdida de dientes, el dolor en las encías y otros problemas en tu boca o en tus dientes en el  futuro. Además, te permitirán mantener un aliento agradable y una bonita sonrisa.

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