Desde tiempos inmemoriales cuando se producen oleadas de crímenes o sucesos extraños que hacen que la vida en los hospitales esté más agitada de lo normal, suele achacarse a la luna, concretamente a la luna llena. Pero, ¿realmente nos afecta esta fase de la luna?
Según una última investigación publicada en la revista Nursing Research y que se ha llevado a cabo durante un periodo de 40 años, la luna no influye ni en los nacimientos ni en los ingresos hospitalarios: “Docenas de estudios muestran que la creencia es infundada”, explica Jean-Luc Margot, profesor de astronomía en la Universidad de California en Los Ángeles.
El estudio evidencia que ni los comportamientos violentos, ni la actividad criminal, ni los ingresos hospitalarios, ni las complicaciones en un parto, ni la depresión, ni la supervivencia al cáncer o los accidentes automovilísticos, tienen nada que ver con la supuesta influencia de la luna en los seres humanos, ya que no se encontró ninguna asociación entre el ciclo lunar y el efecto de esta en todas estas situaciones.
“La luna es inocente”, aclara Margot. Entonces, ¿por qué seguimos creyendo que la luna llena nos afecta y nos altera? Se trata de una simple asociación a la creencia. Cuando se producen crímenes o situaciones fuera de lo normal en días de luna llena se habla de que es luna llena, esto es, se asocia a la antigua creencia; sin embargo, cuando estos mismos crímenes o sucesos se producen en un día que no hay luna llena simplemente se ignoran, otorgándole ese peso social gracias a lo que los científicos llaman el “sesgo de confirmación” (la tendencia a favorecer la información que confirma las propias creencias o hipótesis).
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