Las elevadas temperaturas del verano y un tiempo excesivo de permanencia al sol pueden desencadenar una insolación o golpe de calor, que puede incluso llegar a producir la muerte. El calor excesivo puede hacer que dejen de funcionar los mecanismos que regulan la temperatura del organismo, de tal modo que ésta suba en apenas unos 10-15 minutos hasta los 40ºC, lo que provoca que el cuerpo pierda mucho agua y se produzca la deshidratación.
Sin embargo, no todas las personas tienen el mismo riesgo de sufrir una insolación. Las personas mayores y los niños son los más expuestos. Pero también los enfermos crónicos, los cardiópatas o los turistas que viajan a países más cálidos procedentes de zonas frías y con pocas horas de sol.
Para evitar sufrir una insolación es necesario adoptar una serie de medidas fundamentales:
-Hidratación: es la más importante de todas. Hay que mantener el cuerpo convenientemente hidratado, bebiendo unos 2-2,5 litros de agua al día. Lo más conveniente, especialmente para las personas mayores y los niños, es llevar siempre una botella de agua encima y beber a pequeños sorbos cada cierto tiempo, incluso si no se tiene sed. La fruta y la verdura fresca también contribuirá a una buena hidratación. Hay que evitar las bebidas con cafeína y alcohol, ya que tienen un efecto diurético, lo que contribuye a la deshidratación.
-Horas de salida: conviene evitar las horas de mayor calor (entre las 12:00 y las 17:00 horas). La práctica de ejercicio (caminar o correr, por ejemplo) debe realizarse a primera hora de la mañana o a última de la tarde. Las temperaturas son más suaves y es más fácil encontrar zonas de sombra.
-Caminar por la sombra siempre que se pueda.
-Ropa adecuada: ha de permitir la transpiración. Para ello ha de ser ligera, holgada, mejor blanca (rechaza la luz solar) y de algodón, que permita la transpiración. Las fibras acrílicas retienen más el calor y dificultan la transpiración. En la actualidad hay fibras especiales para el sol, que rechazan la radiación ultravioleta.
-Sombrero y gafas de sol: es muy importante especialmente en niños y ancianos. Protegen del sol. Los sombreros o gorras deben favorecer la circulación del aire en su interior (no deben ajustarse a la cabeza.
-Comida ligera y fresca: evitar las comidas condimentadas y pesadas. La fruta, las ensaladas y en general las hortalizas frescas favorecen la hidratación.
-Vehículos: no permanecer en coches estacionados o cerrados y mucho menos dejar a los niños en estas condiciones. Hay que mantener las ventanillas abiertas o poner el aire acondicionado.
-Casa: debe mantenerse el interior lo más fresco posible. Si no se dispone de aire acondicionado, utilizar el ventilador y mantener las habitaciones en penumbra facilita este objetivo.
Si aun así nota los primeros síntomas de una insolación (sudoración excesiva, fatiga, subida de temperatura corporal, mareos, etc.) se debe reaccionar inmediatamente, volviendo a casa lo antes posible para aplicar compresas de agua fría o hielo en el cuerpo, rehidratarse y permanecer tumbado en el lugar más fresco de la casa hasta que sienta que vuelve a normalizarse la temperatura del cuerpo
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