Se dice que la menopausia es un trastorno femenino que se da a partir de los 45 años, pero la verdad es que es una etapa natural de la mujer que puede variar entre los 43 y los 55 años. Esta se caracteriza por la suspensión del periodo menstrual, lo que origina la interrupción de sustancias importantes para el equilibrio hormonal. Como consecuencia, las mujeres sufren de cambios bruscos de temperatura, de carácter y a la larga la descalsificación ósea.
Lo primero que debemos saber para confirmar si hemos entrado en esta etapa es reconocer los síntomas más inmediatos; estos se van presentando por etapas. Al inicio los más comunes suelen ser bochornos, palpitaciones cardíacas, dolores de cabeza constantes, irritabilidad, insomnio, incremento del peso y cambios bruscos de ánimo. Existen más síntomas, pero no todos ellos los van a padecer; en la mayoría de casos, estos van apareciendo con el paso del tiempo. Un ejemplo de ello es el aumento del vello facial que se da a medida que la mujer avanza en edad, generalmente se empieza a notar cuando ha alcanzado los 65 años de edad. Esto también afecta la libido que se va perdiendo poco a poco.
A mediano plazo, la menopausia produce la pérdida del vello púbico y molestias a nivel vaginal, como sequedad, infecciones repetitivas y escozor en la vulva; como consecuencia, hay molestias durante las relaciones íntimas. Asimismo, a largo plazo nos genera osteoporosis, riesgo cardiovascular y riesgo de desarrollar Alzheimer. Para todos los casos se puede ayudar a controlar o evitar desarrollar alguno de ellos cambiando nuestros hábitos alimenticios.
Consumir soja en quesos, leche y comidas, ayuda a mantener los niveles naturales de estrógenos, básicos para prevenir la osteoporosis. Si a ello le sumas otros alimentos que provean calcio, como las almendras tostadas, la leche, el huevo y algunas legumbres, así como hacer ejercicios, la mejoría será notable y estarás más preparada para afrontar esta enfermedad cuando llegue.
Dejar los cigarrillos y el café, y utilizar ropas livianas, también te mantendrán más cómoda durante esta etapa. Para los cambios bruscos de humor, es mejor que apliques algunas técnicas de respiración y concentración. Pero si lo que necesitas son hormonas artificiales, es mejor consultar al médico.
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