Además de que no es invasiva, permite atacar justo donde lo necesitemos por lo que los resultados siempre serán más precisos. Sus efectos se notan rápidamente, pudiéndose llegar a perder hasta 2 centímetros por sesión, según el caso. Comparado con otros sistemas, la cavitación no es demasiado incómoda para el paciente, que puede aguantar sin apenas molestias los 40 minutos que dure la sesión. Se puede notar una ligera sensación de succión que no es dolorosa en absoluto; por lo tanto, la piel queda lisa y sin traumatismos. Otra gran ventaja respecto a otros tratamientos es que mejora notablemente la circulación, elimina toxinas, aumenta el tono y la elasticidad de los tejidos y está comprobado que ayuda a regular el tránsito intestinal.
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