La mejor manera de sudar, sin necesidad de hacer ejercicio físico es tomar, de vez en cuando, una buena sauna. Es un tipo de baño de calor seco que proporciona con inmediatez un gran alivio físico y psicológico, provocando una gran sensación de relajación. El tipo de calor de la sauna favorece la circulación de la sangre y relaja los músculos de nuestro cuerpo. Además alivia el reumatismo y los problemas de espalda.
No hay que olvidar que los excesos tampoco son recomendables y existen ciertas personas que no pueden disfrutar de esta tonificante práctica. No es recomendable la sauna para personas con problemas de tensión alta o baja, con mala circulación o aquellas que estén realizando un régimen alimenticio poco calórico. Está totalmente contraindicado para las mujeres embarazadas.
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