Antes de los dos o tres años es muy difícil saber si un niño tiene los pies planos. Si es el caso de tu hijo, antes de nada, has de consultar siempre a tu pediatra para que te aconseje un tratamiento según el grado de complejidad de esta malformación rectificable. Igualmente hay cuatro consejos prácticos a tener en cuenta:
- Controlar muy a menudo para que los zapatos no se queden nunca pequeños.
- Por ello no es muy conveniente que los zapatos del posible hermano mayor o de otro niño pasen a otros para ser reutilizados, ya que la forma del pie es diferente en cada persona y la huella dejada puede provocar malformaciones.
- Andar descalzo sobre la arena o sobre el césped favorece el fortalecimiento de los pies y ayuda a la curvatura de los mismos.
- Caminar un buen rato de puntillas a poder ser cada día e incluso practicar el ballet, ya que esta modalidad artística es la mejor gimnasia para los pies planos.
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