Poder controlar el estrés en la oficina y es posible cambiando algunos hábitos llevando a cabo las siguientes pautas:
-Las personas que pasan horas trabajando frente al ordenador son más propensas a tener dolores de espalda, fatiga visual, ansiedad e insomnio. Cada quince minutos toma un descanso y cambia de posición. Cada cuarenta y cinco minutos camina para mantener la circulación y para aclarar la mente y si es posible toma aire fresco.
-Para evitar la fatiga, procura, entre las tres y cuatro de la tarde enjuagar o rociar tu cara con agua fría y darte unos suaves pellizcos al mismo tiempo, notarás que el color y la sensación de frescor regresa inmediatamente a tus mejillas. Debes tener en la nevera de la oficina un gel con aloe frío o gel hidratante. Aplícatelo con delicadas palmaditas en el rostro.
-Cuando sientas tensión en la parte superior de la espalda por estar reclinada sobre el ordenador, ponte de pie con los brazos hacia los lados y gira los hombros suavemente hacia atrás (10 veces) y luego hacia adelante (10 veces), así conseguirás soltar la tensión de los músculos.
-Si debes asistir a una reunión muy importante y te sientes ansiosa, entra a tu oficina, cierra la puerta y haz lo siguiente: siéntate con las piernas abiertas hasta a la altura de las caderas; coloca las manos sobre tus rodillas, con las palmas hacia arriba, cierra los ojos y respira profundamente. Cuenta hasta siete al inhalar por la nariz y otra vez al exhalar por la boca; repítelo, pero ahora cuenta hasta cinco conteniendo la respiración y cinco al exhalar. Tu cuerpo se relajará y tu mente estará enfocada y lista para asistir a la reunión.
-Si has permanecido de pie por un tiempo prolongado y tus pies están adoloridos, siéntate al escritorio, descálzate y rueda tus pies sobre una pelota de tenis. Este ejercicio crea una sensación de relajamiento total al estimular los puntos de acupresión en el pie.
-Para vencer el sueño en el trabajo, haz lo siguiente: cierra la puerta de la oficina, sacude los brazos y luego las piernas, respira profundamente y dobla lentamente la cintura hacia delante. Mantén esta posición por uno o dos minutos y luego levántate lentamente vértebra por vértebra, hasta ponerte nuevamente recta.